Capilla de San Juan Bautista

Nos encontramos ahora ante la Capilla de San Juan Bautista, llamada así por el ciclo de frescos dedicados al santo. Fue realizada a petición de Giovanni Battista Altoviti, que quería una capilla en honor a su santo patrón.

  • import_contactsHistoria de la capilla

    La capilla de San Juan Bautista es una de las últimas capillas que se construyeron en la iglesia de Trinità dei Monti. Fue añadida al mismo tiempo que la capilla Borghese, que se encuentra frente a ella, al final de la construcción de la iglesia, en 1570.

    En 1573, el banquero Giovanni Battista Altoviti obtiene su patronato y se la dedica a su santo patrón, que también lo era de su ciudad natal, Florencia.  A cada lado del altar encontramos dos escudos de mármol que representan un lobo rampante, el escudo de armas de la familia Altoviti. Hacia 1580 Giovanbattista Naldini ejecutó el ciclo de frescos centrados en la vida de San Juan Bautista.

    El hecho de que la capilla esté situada a la entrada de la iglesia subraya la misión de precursor de San Juan Bautista, que guía a la humanidad hacia Jesús.  El bautizo es, por otro lado, el sacramento por el que la persona bautizada entra en la Iglesia. Para más información sobre el bautismo, pulsar en la descripción del cuadro del altar.

  • color_lensEl cuadro del altar: El bautismo de Cristo

    El cuadro del altar representa el Bautismo de Cristo. Se pueden reconocer con facilidad las figuras de San Juan Bautista, a la derecha, vestido con una piel de animal, y Cristo en el centro del cuadro, sobre el cual Juan el Bautista vierte el agua bautismal, tomada del río Jordán, que fluye a sus pies. Están rodeados de ángeles que asisten a la escena y sostienen las vestiduras de Cristo.

    En la parte superior del cuadro, vemos el cielo abierto y una multitud de ángeles rodeando al Espíritu Santo que, en forma de Paloma, ilumina la escena e irradia luz.

    Pero, ¿qué significa este bautismo?

    Juan el Bautista es primo de Jesús y fue el primero en administrar un bautismo de arrepentimiento, que corresponde a un «bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (Evangelio de Marcos 1:4). Siendo judío, Juan el Bautista se dirige principalmente a otros judíos, bautizándolos para que queden limpios de sus pecados.

    De esta manera, también bautiza a Jesús (que es judío) con agua del Jordán. En ese momento, el cielo se abre y Dios lo reconoce como su Hijo a través de una voz que procede del cielo: es la escena que aparece representada en este cuadro. Es entonces cuando puede comenzar su vida pública, su misión en la tierra.

    Una vez bautizado, Jesús bautizará a su vez, pero no con agua del Jordán, sino con el Espíritu Santo. El bautismo cristiano es un bautismo que se hace internamente por parte del Espíritu Santo, es decir, por una acción propia de Dios. Por el bautismo, la persona entra en la gran familia de los cristianos y se hace partícipe de la vida de Cristo.

    El tema del bautismo de Jesús está recogido en los evangelios, en especial en el de Marcos 1, 2-11:

    «Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
    Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias.
    Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
    Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
    Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma.
    Se oyó una voz desde los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco».»

  • wb_incandescentMás información: el martirio de San Juan Bautista

    En la pared de la izquierda aparece representado el martirio de San Juan Bautista, dividido en dos escenas. Este martirio, que inspiró a muchos artistas, se relata en el Evangelio de Mateo (14, 1-11):

    «En aquel tiempo oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos: «Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, […] Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre». 

    Descripción del cuadro:

    En el registro inferior, se puede ver a la bella Salomé bailando, admirada por Herodes. Entre los invitados al banquete, dos figuras miran al espectador y visten ropas diferentes a las de la época del cuadro: la mujer a la derecha de Salomé y el hombre vestido de blanco y negro detrás del criado, a la derecha del fresco. Se trata probablemente de los patrocinadores de la obra.

    En el registro superior vemos el cuerpo tendido de San Juan Bautista, al que le han cortado la cabeza. Salomé, a la izquierda, se la lleva a su madre, de acuerdo con el texto bíblico.

  • zoom_inDos profetas: Isaías y Zacarías

    A ambos lados del retablo del altar aparecen representados dos profetas del Antiguo Testamento: Isaías y Zacarías.

    A la derecha, el profeta Isaías aparece coronado con una inscripción en la que puede leerse:
    «Vox clamantis in deserto: parate viam domini restas facite semitas eius « (voz del que grita en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos).
    Esta cita está extraída del Evangelio de San Marcos (1, 3). El evangelista retoma las palabras del profeta Isaías que, ya en el siglo VII a.C., anunciaba la venida de Juan el Bautista, el precursor de Cristo enviado para preparar sus caminos.

    A la izquierda, Zacarías figura acompañado de una inscripción que dice: «Tu puer, propheta altissimi vocaberis, praebis ante faciem Domini parare vias eius» (Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos) Lc 1, 76.
    Esta cita procede del Evangelio de Lucas y la pronunció el padre de San Juan Bautista, también llamado Zacarías. Se trata de una confusión entre Zacarías el profeta y Zacarías, el padre de Juan el Bautista.

    Los dos rectángulos monocromos bajo los profetas son obra de un alumno de Naldini, Giovanni Balducci. El de la izquierda representa el martirio de Isaías, quien, según la tradición, fue aserrado en dos por orden del rey Manasés, por haber anunciado el castigo de Israel. El otro, lamentablemente, no resulta legible.

Los artistas de la capilla
  • brushEl artista principal, Naldini (1535-1591)

    Alumno de Pontormo y, más adelante, de Vasari. Creció y se formó en Florencia. Realizó un viaje decisivo a Roma en 1560, durante el cual estudió con diligencia las esculturas antiguas, así como las obras de los grandes maestros del Renacimiento romano: Miguel Ángel y Rafael. Su carrera dio entonces un giro decisivo y, a su regreso a Florencia, ocupó la primera línea de la escena artística florentina. Recibió muchos encargos y participó en grandes proyectos, como la decoración de las estancias de Francisco I en el Palazzo Vecchio. Fue durante un viaje a Roma, entre 1577 y 1580, cuando pintó el ciclo de frescos sobre la vida de San Juan Bautista en la Trinità dei Monti. Murió en Florencia en 1591, donde fue enterrado en la iglesia de San Michele Visdomini.

  • format_paintEl arquitecto y escultor: Antonio Dosio (1533-1611)

    Giovanni Antonio Dosio comenzó su carrera como arquitecto y escultor en Roma, donde se formó. A continuación se trasladó a Florencia, donde recibió muchos encargos de prestigio, antes de ser llamado a Nápoles para diversos proyectos que hoy se consideran sus obras maestras, en especial la reestructuración de la Cartuja de San Martín.

    Diseñó la capilla de San Juan Bautista y también fue responsable de la espléndida decoración en estuco de la bóveda y del altar.

     

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Meditación

Te proponemos ahora un tiempo de silencio.

 

A imagen de Jesús, que acepta ser bautizado por Juan el Bautista, te invitamos a aceptar, y a recibir, todo aquello que las personas que nos rodean pueden darnos. Aceptemos apoyarnos en los demás y no querer cargar con todo nosotros solos. Dejemos que nos acompañen con confianza y abandono, dejemos que nos ayuden y nos apoyen. Esta actitud, que no es de las más evidentes a primera vista, nos permite dar testimonio de la amistad y del amor que sentimos por nuestros seres queridos.

 

Te invitamos a escuchar este cántico: